February 18, 2016 10:01 am

Skype ayuda a personas con dificultades en el habla

Hace un par de meses, nos encontramos con un artículo que describió cómo la Universidad Atlantic en Florida (FAU) utiliza Skype para ayudar a las personas tartamudas en Ruanda. Con una enorme escasez de terapistas locales, Skype ha probado ser un medio efectivo para brindar terapia a larga distancia.

Nos pusimos en contacto con el Dr. Dale Williams, profesor de Ciencias y Trastornos de la Comunicación en la Universidad Atlantic en Florida y descubrimos cómo fue que fundó el programa, además de la manera en que utiliza Skype para proveer tele terapia para las personas en Ruanda:

“Mi hermano trabajó para una fundación que proveía energía solar a escuelas y negocios en Ruanda. Me contó que los hombres de negocios de Estados Unidos y Ruanda, a menudo tienen dificultades para entenderse entre ellos y me preguntaron si existía una manera en la que pudiera ayudarlos.”

El doctor Williams comenzó con el programa inicial en 2009, pero luego fue abordado por Dieudonné Nsabimana de la Asociación de Tartamudeo de Ruanda y del Centro de Investigación Africano de Tartamudeo. Dieudonne leyó la historia y preguntó si el programa podría extenderse para personas que tartamudean.

El programa ya lleva un año, y el doctor Williams confía en que otras universidades seguirán a la FAU para brindar tele terapia; ya han sido contactados por tres universidades diferentes para recibir más información.

Rwanda Stuttering Association - Skype

En la actualidad, el doctor Williams ha comenzado a escribir un libro acerca del tartamudeo; uno de los temas abarca la manera en que afecta la confianza de los pacientes:

“Aunque existe poca investigación sobre la confianza y tartamudeo, estoy escribiendo un libro con un comediante británico cuya experiencia le dice que tienen mucha relación (por ejemplo, mientras una va hacia arriba, la otra va hacia abajo). No estoy del todo de acuerdo. Creo que la pérdida de confianza es a menudo, una reacción al trastorno, la cual debería ser monitoreada. Por una parte, a través de reportes clínicos y discusiones en grupos de apoyo, me he enterado que muchos clientes notan una reducción en las burlas después la terapia, sin importar si la fluidez mejora. Parece ser posible que cuando los clientes se desensibilizan a las reacciones del oyente, se presentan de manera diferente, tal vez para reflejar menos vulnerabilidad y una mayor confianza para hablar. Como resultado, las reacciones del oyente cambian para bien”.

Es claro que el programa es popular y la experiencia de conversar a través de Skype ha logrado probar ser tan personal como una terapia frente a frente.  Y usar Skype para estos propósitos, significa que cualquiera puede ser visto por un terapeuta, siempre y cuando tengan acceso a una computadora. In Kigali, muchos clientes tiene contacto desde sus computadoras en el trabajo.

Los únicos problemas que podrían surgir en una sesión, son los problemas obvios de conexión al momento de usar Skype en un lugar como Ruanda:

“Una diferencia de siete horas puede dificultar las notificaciones de retrasos o cancelaciones. El ancho de banda en algunas zonas de Ruanda no siempre es confiable, así que a veces la conexión no es la adecuada, o la imagen en los videojuegos se congela”.

Con una sesión que dura entre 50 y 90 minutos, el doctor Williams dice que todos los clientes han hecho un gran proceso hacia sus metas a largo plazo. De hecho, uno de sus clientes, Francois, declara:

“El tratamiento es perfecto para mí y me ayuda a mejorar mis discursos, también es algo sencillo de lo cual puedo formar parte debido a que ya no necesito moverme mientras usamos las video llamadas de Skype”.

Pueden saber más acerca de este programa aquí y también leer acerca de otros programas en los que la FAU participa.

Si ustedes utilizan Skype de una original e innovadora manera o saben de alguien que lo haga, utilicen el hashtag #Skype en sus redes sociales para compartir su historia. Nos encantaría escucharlos y escribir sobre su historia en nuestro blog.

Foto cortesía de la Universidad Atlantic en Florida.